miércoles, mayo 26, 2010

Ilusíón

¿Si nos quitan la ilusión que Chingados nos queda?... Prácticamente nada, sería la respuesta acertada a tal pregunta.

La ilusión es el motor más potente. La ilusión puede mover, trastocar y cambiar absolutamente todo. Cuando la tienes puedes realizar un trabajo mucho mejor, regalar tu tiempo sin importarte, permanecer en un sitio sin dudar o recorrer la distancia más lejana hasta llegar donde deseas. Cuando la tienes pocos obstáculos te hacen tirar la toalla. Te sientes gigante de felicidad.

Nos hemos acostumbrado a que la sociedad nos arrebate cada ilusión con tanta rutina que me asquea el simple hecho de pensarlo. Ya no la luchamos ni la reivindicamos como merece. La regalamos a cambio de nada. La hemos llegado a devaluar de tal forma que pocos la valoran como deben.

Pero piensa en cada ilusión que te ha cambiado la vida. En cada gesto que te la ha arrancado del lugar donde dormida la tenías.

Reconozco a la gente sin ilusión, por su cara y lo complicado que les resulta ser naturales, sonreír o dejarse llevar sin más.

La ilusión suele mezclarse con miedos, es normal. Siempre es reivindicativa, nada conformista y verde como la esperanza más viva. Aunque nos la intenten desteñir, no nos debemos dejar.

La ilusión siempre vive entre nosotros. En simples miradas, en palabras de esperanza. En la actitud más desapercibida. En el abrazo que te arranca en cómoda sonrisa. A veces nos cuesta reconocerla, porque muchos nos han vendido desilusiones como ilusiones. Pero ahora más que nunca debemos reconocerla y rechazar imitaciones.

Hoy he colgado una foto que siempre suelo tomar como ejemplo. Una foto que miro a menudo. La tengo desde hace mas de un año. La tengo por mi casa. En mi compu. Y en mi memoria. Una foto a la que no logro acostumbrarme, que siempre me sorprende como la primera vez que la vi. Esta foto tiene el poder de recordarme una conversación, un momento, un abrazo lleno de ilusión y fuerza.

La ilusión, ha cambiado mi vida. Y la ilusión que me contagió ese día, vive todavía en mí.