Sigo teniendo esa sensación indefinida, tiene demasiados elementos como para poder darle nombre, conjuga todos los sentimientos que con tus acciones me dejaste. Hay dolor, hay rencor, hay tristeza, hay liberación, hay incomprensión, hay claridad, hay una sensación de perder una venda, hay recuerdos, buenos y malos, hay cariño, hay frustración, hay amor, hay decepción pero sobre todo, hay intranquilidad e incomodidad.
Trato de hacer un recuento lo más objetivo posible. Sé que no puedo, estoy demasiado involucrado. Aún así trato y todos los resultados traen malestar, porque la balanza no está y no estuvo pareja.
Soy alérgico al rencor y al odio, no se me dan, y cuando llegan y los guardo, me intoxican. Por lo tanto tengo que dejar de sentir rencores, y sobre todo, evitar sentir odio (que es un rencor permanente)…
Consultando a los astros, a los astrólogos, a las vibraciones musicales y las letras impresas, la sugerencia más repetida fue el olvido…
- “que bueno que ya no estás ahí, te hicieron un favor al sacarte”
- “ocúpate, haz algo, no pienses en eso”
- “borra su presencia, destruye los archivos, bloquea su acceso”
- “el tiempo borra todo”, por poner algunos ejemplos…
No se que experiencia tengo con el olvido, pero nunca me ha parecido una alternativa correcta, siento que se almacenan cosas en una bodega inconsciente y tarde o temprano salen otra vez a flote. Además, o tengo una muy buena memoria, o una conciencia muy intranquila, que no me van a dejar en paz hasta no terminar de procesar todo esto.
Consultando adentro apareció la solución que parece la más lógica para equilibrar una balanza… La Justicia… Lamentablemente no puedo hacer una denuncia ante ninguna autoridad, no hay evidencias palpables, no hay nada… Tendré que hacer justicia por mi mismo, con el peligro constante de volver esa justicia una venganza.
Se me ocurrieron varias opciones para esta justicia, acusarte de algunas de las cosas que hiciste y dejaste de hacer, revelar algunos secretos que guarda mi corazón, cobrarte mis besos y caricias que fueron dadas sin ninguna intención de recuperar…
Dicen que el fuego se combate con fuego, quizá por ello es que me surgen esas ideas ardientes… No estoy a gusto fraguando mi venganza disfrazada de justicia, va contra mi propio ser… el triunfo del fuego hubiera sido que yo tratara de incendiarlo… no quiero y no puedo… No puedo hacerme justicia, y no quiero olvidar…
Me queda una sola salida... y no puedo entender como estaba tan ciego a la mejor de las soluciones… Desde que se asomó detrás del olvido y la venganza empezó a brillar… esto es lo que quiero hacer… es lo que puedo hacer, es mi única respuesta posible y la mejor de las que pueden existir… Porque esta salida no depende de ti, sino de mí, y no necesito hacer o dejar de hacer nada para poder alcanzarla…
Mi solución es el perdón…No puedo andar por la vida guardando rencores que además tarde o temprano saldrán, muy posiblemente contra alguien que no era culpable…
No puedo renunciar a la forma de vida que elegí, de paz… Y estoy feliz de perdonarte, de acordarme de lo malo que pasó sin guardarte rencor, recordar lo bueno con una sonrisa… Te perdono, te libero, te recuerdo sin dolor, te entiendo y trato de entender el por qué de los dolores… entiendo la incapacidad de tapar el sol con un dedo…
Entiendo que seguramente no has tenido tiempo de pensar las cosas más de una vez y con más de un punto de vista. Entiendo que tú no buscas que yo te libere de una culpa, porque te sabes libre y no necesitas mi perdón…Aún así quiero darte lo que no pides y no necesitas, y darme a mi la vida que quiero, una vida sin mirar detrás del hombro, sin desconfianza, sin rencores… quiero seguir creyendo que nadie se levanta en la mañana con el dolor de alguien más como objetivo, quiero saber y seguir sabiendo que el dolor en el mundo lo causa un ciego con una espada y no un verdugo enmascarado.
Te perdono…
