jueves, agosto 14, 2008

Este Día Especial





HABLADO:

Días antes de mi último cumpleaños
Mi esposa me pregunto acerca de
Que me gustaría recibir en ese día especial
Y recuerdo que mi respuesta fue
Que no necesitaba nada
Que no me tenía que regalar nada
Pero el día de mi cumpleaños
Me levante y me senté al piano
Y pensando en la pregunta
Que me había hecho mi esposa
Me puse a pensar en que le respondería al Señor
Si él me preguntara
Que me gustaría recibir
El día de mi cumpleaños
Y pensando en esto escribí está canción
Que se llama: “Este día especial”

Si me preguntaras que regalo quiero
Que es lo que prefiero
Este día especial
Nadie me conoce como tú maestro
Ni mis pensamientos te puedo ocultar
En lo más profundo de mi corazón
Hay un gran anhelo, hay una gran pasión

Quiero ese día disfrutar
En tu presencia nada más
Y se vuelva realidad
Mis deseos de volverte a contemplar
Quiero contigo platicar
Quiero perderme en tu mirar
Y olvidarme de quien soy
Y perder mi humanidad en ti Señor
Este día especial
Es lo único que quiero
Es lo único que anhelo mi Jesús

Si me preguntaras que regalo quiero
Que es lo que prefiero
Este día especial
Nadie me conoce como tú maestro
Ni mis pensamientos te puedo ocultar
En lo más profundo de mi corazón
Hay un gran anhelo, hay una gran pasión

Quiero ese día disfrutar
En tu presencia nada más
Y se vuelva realidad
Mis deseos de volverte a contemplar
Quiero contigo platicar
Quiero perderme en tu mirar
Y olvidarme de quien soy
Y perder mi humanidad en ti Señor
Este día especial
Es lo único que quiero
Es lo único que anhelo mi Jesús

Este Día Especial
Jesús Adrian Romero

martes, agosto 12, 2008

Meta

Desconozco cuanto tiempo hace que dejé de razonar con la cabeza y empecé a hacerlo con el corazón. Desconozco cuando me volví tan frágil y ñoño como el cartón mojado bajo una tormenta de verano

Este corazón se va llenando de cicatrices con el paso del tiempo, las cuales van trazando un camino que voy recorriendo con mi triciclo rojo, aquel que una Navidad me trajo papá Noe en su trineo y que hoy me sirve para poder llegar a la meta. La meta no sé muy bien dónde esta, ni quién me espera tras ella... solo sé que quiero llegar. Y quiero alcanzarla acompañado de la misma gente. Me pareció la mayor aventura del mundo subirme encima y pedalear con todas mis fuerzas. Dicen que sin tetas no hay paraíso, pero en realidad es sin ganas, sin fuerzas, sin lucha por lo que uno quiere no tan solo no hay paraíso, sino más bien NO HAY NADA.

Y aunque a veces quiere volver el miedo a fracasar, ese que a veces no me dejaba caminar, que no me dejaba avanzar y que hoy intenta robarme mi tranquilidad. Pero a pesar de ese miedo que acecha, me he liberado hace tiempo de él y desde entonces decidí poner el contador del miedo en ceros, y con ello vivir más intensamente que nunca, renunciando al egoísmo, a la duda, manteniendo mi nivel de bienestar al máximo.

Ahora me puedo dar el lujo de pensar en unipersonal, en mí. Pero también en plural, en nosotros.