Este laberinto me asusta, no soy capaz de encontrar mi camino, doy vueltas y mas vueltas, quizá también he dado demasiadas cosas por hecho, es posible. Sé que en el centro de mi laberinto está esa libertad que tanto busco, y se que toqué, y que me gustó hacerlo, y que por ello ahora la necesito mas que antes. Ahora que por fin se su color, su olor y su sabor….ahora me encuentro con el silencio, en algún lugar del mi infinito, en mi abismo particular.
Estoy desorientado, totalmente perdido, y era justo lo que temía, y lo que me impedía adentrarme en este lugar, por lo que me había prometido no volverlo a intentar jamás, y me paro y me pregunto, ¿mereció la pena?, y me contesto que si, que aunque solo fuera por ese momento, ese pequeño instante en el que toqué el cielo con mis manos, mereció la pena, aunque ahora esté así hundido, fue algo perfecto, como ver por fin mi paraíso, si…supongo que cuanto mas alto consigues llegar, mas dura es la caída.
Pero ahora me levantaré y seguiré buscando ese camino que me lleve a encontrar el centro del laberinto. Aunque tenga que cambiar mi rumbo, por que este camino que seguía solo era un espejismo, para demostrarme que existía.
Que decepción, pensé de veras que ese era mi camino, me gustó estar ahí, y sentirlo así.
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