El otro día me dijeron que los amigos que rodean a una persona te dan mucha información sobre esa persona. Yo añado que también la familia. Si conoces a una persona a la que no sabes evaluar porque es muy confusa te queda el método de ver cómo son sus amigos y su familia y te podrás hacer una idea sobre su personalidad.
Conozco gente que tiene amigos que realmente son una mala influencia, pero que por otro lado también tienen amigos que son buena influencia. Esa gente tiene salvación, sólo hace falta que no se pierdan en el lado oscuro.
Yo creo que la gente es muy influenciada por su entorno, por la gente que le rodea. La formación de la personalidad no es algo individual, es algo social. Está claro que cada persona es un mundo y que dentro de cada uno hay propiedades que te hacen dar a tu forma de ser un toque personal, pero esa construcción de la personalidad está compartida con la gente de tu entorno y a la vez tu colaboras en la formación personal de la gente de tu alrededor.
Se podría pensar que esta teoría falla, porque hay gente que se desvía del grupo, pero al final esta gente se desvía por la influencia de otro grupo, ya sean nuevos amigos, la familia o algo así. Normalmente los grupos no son cerrados. Una persona pertenece a varios grupos: la familia, el trabajo, los estudios, un club, las juergas, etc. Varias de las personas que pertenecen a un grupo pueden pertenecer a los demás, pero es difícil que alguien comparta todos sus grupos con otra persona.
Esta claro que el debate importa, me importa, porque creo que hay buenas influencias y malas influencias. A pesar de lo que diga el Papa, que tiene muchísimos más conocimientos que yo sobre moral, creo que el bien y el mal es relativo. Ósea que las malas influencias lo son respecto a lo que para mi creo que tiene que ser la conducta decente de un ser humano.
Esto lo creo firmemente, estoy viendo desde que tengo uso de razón como la gente va evolucionando en su comportamiento a medida que crece, y no sólo es un proceso de asentar la cabeza, es un proceso de elección de amistades que influyen de tal o cual manera. Ahí es donde creo que entra la familia. El cómo la principal base de influencias para una persona, la familia, disponga la forma de elegir las amistades del individuo hará que esa persona dentro de su proceso de elección de amistades se decante por unos o por otros.
Y veo que este proceso no cesa. La gente puede cambiar su conducta con muchos años, puede ser capaz de verse influenciado por nuevos grupos y, mejorar su vida o empeorarle, desde un punto de vista relativo, claro.
Yo veo gente que creo que puede dar un salto a una mejor vida, y me gustaría influir en ellos. También veo gente que está "bien" encaminada y que veo que está entrando en círculos poco convenientes, y me gustaría apartarlos. Pero, ¿qué capacidad real y moral tengo yo para hacer eso? ¿Soy un entrometido? ¿Estoy en derecho de hacer eso a pesar de que la persona en cuestión quiera "tirar su vida a la basura"?
Es un dilema moral muy frecuente. Sabes que si pretendes ayudar corres el riesgo de parecer un entrometido, y en el fondo lo eres. También es muy de película infantil norteamericana el de si realmente te importa le aconsejarás aunque eso te cueste su amistad. Pero eso es muy de Hollywood y poco factible de llevar a cabo.
Lo único que he conseguido es hacer ver la situación a ciertas personas. Mostrarle el distanciamiento real que se produce desde que el nuevo grupo de influencia entro en la vida y lo mal que crees que afecta a la relación anterior. Si la persona es comprensiva, se dará cuenta de las dos partes y respetará ambas e intentará convivir con ellas sin apartarse de las otras.
Como reflexión final me queda decir que aunque suene muy manipulador, yo creo que tengo la obligación moral de encauzar a mis amigos y a la gente que me rodea en el camino que yo creo que deben hacerlo. Aunque todo el mundo no es igual de receptivo, y no todo el mundo es capaz de soportarlo. Muchas veces se marchan antes de que hayas conseguido algo.
Me han estado pasando muchas cosas por fuera y por dentro, que me tienen revuelto. Pero está bien removerse.
