jueves, septiembre 18, 2008

Cambios

Hoy leía en un mail la siguiente frase: “No es que haya cambiado; es que nunca fui como pensaste” y empecé a pensar, ¿cuántas veces nos equivocamos al pensar sobre una persona, al ponerle nuestras expectativas y nuestras ganas de encontrar en ella todo lo que necesitamos? ¿Cuántas veces fantaseamos y la convertimos en la persona de nuestras vidas, aquella sin la cual ya no podremos vivir? Está claro que mientras dura la ilusión, todo es mucho más sencillo.

Pero, que pasa cuando el sueño se termina, cuando nos enfrentamos cara a cara con la dura realidad y vemos a nuestro príncipe o princesa azul convertido en una simple persona de carne y hueso, con sus miserias y sus errores, pero también con sus aciertos? Ojo, no es que ella haya pretendido ser algo que no es, sino que nosotros la hemos puesto en un pedestal y muchas veces hemos ignorado concientemente sus defectillos …

El príncipe o princesa azul se destiño y nosotros nos quedamos juntando los pedacitos de corazón desparramados por el suelo.

lunes, septiembre 15, 2008

Sorbos....

Estando sentado en la playa y una mujer con aspecto díficil de encajar me dijo: "¿quieres un sorbito de agua de mar"?

No supe qué decirle, tenía a mis pies millones de toneladas de agua salada que venían hacia mí y luego se retiraban porque no las quería....La mujer continuó su camino, ofreciendo sorbitos al siguiente individuo que encontraba por la orilla, pero nadie parecía aceptar su ofrecimiento. Durante un buen rato no dudé que la repartidora de sorbitos vivía en el mundo equivocado..., pero al poco caí en la cuenta que el ignorante era yo, solo era una servidora, porque la vida se saborea mucho más en pequeñas dosis que atragantándonos con mucho, mal y rápido.

La repartidora de sorbitos sabía la dosis perfecta, y yo no la quise porque lo quería todo...

A partir de ahora pediré un sorbito de amor, un sorbito de abrazos, un sorbito de cielo, etc., así me sabra más sabroso.

lunes, septiembre 08, 2008

Conflictos

Mi corazón y mi vida no quieren conflictos en este momento, quiero estar bien, sin la presión de tener que decidir entre esto o aquello, mi corazón quiere descansar, quiere que confíe en el y que me deje llevar sin tener que pelear con la razón.

Pero las antenitas de vinil se encienden y con una luz roja parpadeante en complicidad con la razón me dicen que puede haber conflictos, que tenga cuidado, que me aleje. Aun así, mi corazón insiste en que siga, que no tenga miedo, pero lo dice tan despacio, como sobreviviendo una batalla y con una voz tan baja que apenas si puedo escucharlo.

Insiste que prosiga, que decida el camino, que me deje guiar por él, porque el camino elegido siempre será mejor si se elige de corazón, pero la razón intenta imponerse de nuevo, cuando se ve amenazada por el corazón.

Escucha...escucha dice el corazón... por acá es, yo te guío, déjate guiar, confía en mi, confía en ti, confía… confía..

Pregunto ¿Por qué a veces la vida te pone en esas encrucijadas?

Y el corazón adelantándose a la razón cada vez más débil, solo responde: Porque solamente así tienes la oportunidad de crecer, de vivir, porque si no existieran estos conflictos la vida se haría monótona, sin chiste, aburrida. Además, con cada conflicto puedes tomas una decisión que te ayudara a vivir lo que tú quieres vivir, a experimentar lo que tú quieres experimentar, pero se debe decidir y combatir cada conflicto de corazón, para que cuando te decidas, sientas la ligereza de tu alma liberada en tu cosmos.

Así que… confía en mí, déjate llevar por mí…

Corazón o Razón… que es mejor?