miércoles, octubre 10, 2007

Octubre

No merece mis lágrimas, pero el sentimiento de ansiedad y desasosiego me hace estar agitado, acelerado, fuera de mí, fuera de control. El cerebro no obedece a mis órdenes y envía la acción del llanto, con libertad propia, sin tan siquiera escuchar un consejo, o mis súplicas de no ceder a esta emoción amarga.

Me gustaría tranquilizar mis inquietudes, hoy todas reunidas, llamando intermitentemente a mi cabeza, hasta el punto de no poder decidir sobre mis acciones, manipuladas por la situación, la cual me vence, me aplasta, me desgarra las entrañas.

Más allá de la imaginación nace la realidad, más allá de lo común, de lo relativamente normal, superando el miedo a las pesadillas de la noche, el miedo se engrandece, se crece, y se cree dueño y actúa como tal, me hace creer que la situación no cambiará, y que seguirá llenando mis días y mis noches de incertidumbre, de intranquilidad, de guerras sin fin.

Hoy la soledad me acompaña a todas partes y se adhiere a mi piel con tanta fuerza que no puedo distinguir su alma de la mía. Me siento solo, sacado de un mundo donde todo era perfecto, solo con mi soledad a pesar de estar acompañado de mis amigos, soledad, soledad, te pido que hagas que sienta lo mismo.

Octubre, mes de lunas gigantes, y de no compartir tan siquiera una…




1 comentario:

Anónimo dijo...

uno puede saber que pasa en el cerebro hasta saber que hacer pero las cosas son distintas entiendo lo que escribes pero animos
saludos