El Dios Amigo

Hablando con un Amigo, sobre Religión comprendí que siempre será difícil hablar del tema sin que alguno se enfade o pueda sentirse contrariado por las opiniones que uno o el otro pueda tener. A veces es difícil entender que para unos la búsqueda de la verdad, de su propia verdad y divinidad, difiere de la búsqueda de los demás.

Para algunos, estar en contacto con Dios, es simplemente vivir la vida, para otros ir a la Iglesia periódicamente, algunos seguir las enseñanzas de Samael, de Saint Germain, incluso algunos seguir la enseñanza de “Pluma Blanca”, y algunos, muy pocos no buscan ninguna verdad, mas que vivir la vida sin complicaciones.

Pero al final de cuantas, tanta religión, tanta secta, tanta variedad, tratan de llevar a sus discípulos a la verdad sin ninguna escala, aunque para algunos tal o cual religión solo sea un fraude. Aunque algunos elijan un camino de los miles existentes para llegar al conocimiento y algunos elijan otro muy diferente, todos y cada uno de ellos puede llevarte a la verdad.

La contradicción de tanta idea me hizo sospechar de todo cuanto creí de cierto; y cuando no hubo mas nada que despedazar, seguía quedando El...

Un Dios sin condiciones o remilgos, rostro, sexo o forma. Un Dios de rodillas peladas, sin pelos en la panza, ni agobios de más. Uno de buen humor que anda en bicicleta, que se tira desnudo al rió y vuela azules cometas. Uno que sabe las canciones de Alejandra Guzmán y el Recodo y además baila Pacito Duranguense! Uno que rasca a los perros su panza, que pasa las horas trepado en los árboles, que ríe a carcajadas, que sabe mil chistes. Es un Dios travieso que conoce lo invisible, cabalga en unicornios y escucha los largos quejas de chismosos y viejos dragones (Incluyendo las mías). Los niños lo siguen, lo saben amigo.

Para mi, ese es mi Dios. Mi amigo Jesús (Joshua)