Limonadas a Peso!

"Si la vida te da limones.... Aprende a hacer limonada!"


Uno necesita en definitiva, un día de no hacer nada. Relajarse. Cerrar oídos a palabras necias. Escuchar música. Cerrar los ojos y volar…

No quiero ver a nadie, ni escuchar a nadie, quiero estar solo. A veces hace tanto bien la soledad. Es una cuestión sencillamente de espacios. De generar una dinámica conmigo mismo y tratar de entenderme mejor.

Saber que la indiferencia todavía no me toma como rehén. Reencontrar ese mundo en el que habito y que rara vez comparto, esa realidad alternativa que existe sólo en los vaivenes de mi mente. Sentir sólo la voz atrapada en la cabeza y que no sale. El silencio que te rodea y te regresa a donde perteneces, justo en ese momento en que necesitas tomar decisiones importantes. Hacerme conciente de mi propia evolución. Y me dejo llevar. Me resulta fascinante el poder del silencio cuando se combina con la soledad.

Mirarme al espejo y saber si la imagen que me regresa es la que quiero. Auto observarme y quitar lo que no me sirve, lo que me hace daño, desechar esa brújula que se me descompone y por más que la golpeo contra la pared parece no reaccionar y por lo tanto no me lleva a ningún lugar. Mejor comprar una nueva, que siempre te indique el camino correcto a la realización de tus sueños.

Hacer unas cuantas anotaciones por aquí, otras tantas por allá, para dejarme testimonio, para no olvidarme, que tengo que redescubrir la magia que mueve y motiva a mi alma y que se ha perdido por las trabas que se han acomodado en el camino que me tiene aquí.

Respirar en la soledad, percibir como entra y sale el aire de mi cuerpo. La vida que inunda el momento en que la noto.

Sonreír de vez en cuando, esta soledad me reafirma y me convence. Ya luche por lo imposible, y aunque no se hizo posible, me quedo con el sabor delicioso de que lo intente, y no quiere decir que me conforme, solo que quizás estoy dejando pasar algo mejor por mi tesón a tener lo que no me corresponde.

Cerrar ciclos que se abrieron, y que en definitiva te causan confusión, convencerme de que aunque me sienta abandonado de la mano de Dios al no entender cómo esta manejando mi frágil vida, y por mas que le pida explicaciones, le de sugerencias y trate de convencerlo de que se me presente por que me siento abandonado. Al final, después de tantos reproches acabo por convencerme, que no estoy abandonado, que me esta entendiendo y que al igual que yo, esta sintiendo y viviendo en silencio lo que yo estoy pasando.

Solo esta poniéndome a prueba, para que aprenda, valore y decida a mi voluntad lo que es mejor para mi.

Gracias Tata Chuy por las segundas oportunidades.