Vienen a ti viejas sensaciones, si de esas que no te gustan pero a la vez te hacen sentir deliciosamente un cosquilleo jugando por tu alma, las mariposas vuelven a la panza, las ganas de reír y de llorar al mismo tiempo, todo se vuelve una sola sensación. Y sigues sin entender que le pasa a tu alma atormentada o mejor dicho, emocionada.
Buscas sin encontrar nada, escuchas sin oír nada, tocas sin sentir nada y cuando por fin te das por vencido, ahí esta, esa mirada que te perfora tu ser y te desnuda el alma sin poderlo evitar.
Alguien dijo que los ojos son el espejo del alma. Pero sus ojos deben de ser un espejo deforme como el de las ferias, porque yo no capte bien el mensaje. Sus ojos difuminaron el mensaje que me estaba intentando mandar, o a lo mejor era yo el que no veía bien porque mi corazón nublaba mi visión.
A lo mejor le gustaba engañarme, jugar conmigo... prefiero no pensar eso. Lo único claro de todo esto es que sus ojos es algo que nunca podré olvidar, por mucho que lo intente, y nunca sabré si me decían la verdad o si me engañaban...
Ahora no se diferenciar tipos de miradas y eso es algo que me asusta un poco.
Y así como llego la sensación, poco a poco tu alma se tranquiliza y esa mirada se pierde en el infinito…
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