viernes, junio 17, 2005

Emociones

Seria increíble que descubrieran que las lágrimas son una excelente fuente de energía, capaces de reemplazar a los combustibles fósiles y los paneles solares.

Los gobiernos entonces comenzarían a cosechar lágrimas, exigiendo a los ciudadanos que entreguen a las autoridades un mínimo de cincuenta lágrimas mensuales, pudiéndose pagar en cuotas semanales para mayor comodidad. Aquellos que aportaran su cuota recibirían una póliza que les permitiría circular por las calles y dormir tranquilos. Aquellos que no, a sufrir las consecuencias.

La extirpación forzosa de lágrimas puede ser bastante desagradable.

Algunos de nosotros rechazaríamos que desde arriba nos dicten cuándo y cuánto debemos llorar y pasaríamos a la clandestinidad, bajo el liderazgo de algún líder de ojos penetrantes, y que todos los conoceríamos como el “Gran Jefe”. Celebraríamos reuniones secretas en las que desperdiciaríamos lágrimas a diestra y siniestra, o las ahorraríamos por meses y meses, según se nos diera la gana.

Los problemas comenzarían cuando la policía se armara de detectores lagrimarios infrarrojos, con los que serían capaces de detectar una lágrima clandestina derramada a más de cuatrocientos metros de distancia en plena oscuridad, a través de persianas, puertas y paredes.

El gran Jefe, preocupado, comenzaría a establecer reglas para minimizar la posibilidad de ser descubiertos. Al principio serían simples recomendaciones para evitar llantos reveladores en zonas vigiladas, pero luego (cegado por la paranoia y poder) prohibiría a los miembros de la hermandad involucrarse en cualquier tipo de actividad que pudiera desembocar en lágrimas, tales como:

· Tener hijos,
· Salir campeón de un torneo de fútbol,
· Mirar la telenovela de las 9,
· Emborracharse,
· Perder a un ser querido, o
· Enamorarse perdidamente.


Y así nos haríamos viejos, creciendo sin la más mínima emoción, recordando de vez en cuando cómo era aquello de sentir y llorar en tiempos atrás, antes de que las lagrimas fueran descubiertas como un potente combustible, sobre todo, tendríamos que aguantarnos las ganas de llorar.

Pensándolo bien, creo que sería espantoso que descubrieran que las lágrimas son una excelente fuente de energía, capaces de reemplazar a los combustibles fósiles y los paneles solares.



Posted by Hello

3 comentarios:

Alejandra dijo...

y los que no sabemos llorar que??
donde nos dejas en tu plan, ilusión, pensamiento de la colecta lagrimal.. ya no seriamos útiles... si si te doy tiempo que me incluyas en tu plan...
tic tac tic tac

Anónimo dijo...

Mi estimada alejandrilandia... yo creo que todos hemos llorado en algùn momento..... y creo que usted no es la exepciòn... con lo romantica y sensible que me imagino que es por todo lo lindo que escribe.... creo que usted es una de las personas mas sensibles y propensas a "echar la lagrima" como se dice por ahi.....
No es malo el llorar, ya sea en compañia de alguien o a solas.... es algo que nos purifica el alma, y que no debe de darnos pena.... es cierto mucha gente decimos "yo no se llorar"... pero todos sabemos... lo que pasa es que quizà tratamos de esconder nuestra sensibilidad ocultandonos tras una mascara insensible que muchas veces no es la mejor opciòn....

"Tu Amigo Anònimo"

Alejandra dijo...

Muchas gracias por sus comentarios Amigo Anónimo... es verdad cuantas veces nos disfrazamos de lo que verdaderamente sentimos... Pero de verdad esa de la lagrimeada no se nos da, es como una rara enfermedad de familia, empezando con mi abuela, mi padre, mis tios y unos cuantos sobrinos... Tendremos un karma muy pesado que cargar, pq como usted lo menciona es gratificante y purificador... pero que se hace cuando solo se siente el nudo en la garganta y las lagrimas no llegan...